Había decidido que hoy era el día, no podía posponerlo por más tiempo, y a pesar que en otras ocasiones logre esquivar mi responsabilidad, esta vez no había salida, tenía que hacer limpieza al armario. Me pare frente a su puerta, llevando como única arma un sacudidor, con el que pretendía atacar a los monstruos que en el se escondían. Después de respirar profundo y tomar valor repitiéndome que era necesario, abrí la puerta, era un mundo aparte, lleno de objetos inanimados cubiertos por un terciopelo de polvo.
Cuanto tiempo había pasado desde que algo salió de ahí, no lo recuerdo, solo se que todos mis tesoros se resguardaban en sus cuatro paredes, ya fuera por descuido u olvido . Recorrí con la mirada su espacio, por donde empezar, aquello era un desastre.Una caja de color rosa ínsito mi curiosidad, me estire lo más que pude hasta alcanzarla, mientras la bajaba los recuerdos empezaron a surgir, la caja de mis muñecas, únicas amigas de mi solitaria niñez, les había prometido nunca abandonarlas, tal vez fue la primera promesa que rompí. Con los años los amigos llegaron desplazando a las perfectas confidentes de mis temores. Mi miraba se nublo por las lagrimas, apenas si podia ver, lo había olvidado era alérgica al polvo.
Cuanto tiempo había pasado desde que algo salió de ahí, no lo recuerdo, solo se que todos mis tesoros se resguardaban en sus cuatro paredes, ya fuera por descuido u olvido . Recorrí con la mirada su espacio, por donde empezar, aquello era un desastre.Una caja de color rosa ínsito mi curiosidad, me estire lo más que pude hasta alcanzarla, mientras la bajaba los recuerdos empezaron a surgir, la caja de mis muñecas, únicas amigas de mi solitaria niñez, les había prometido nunca abandonarlas, tal vez fue la primera promesa que rompí. Con los años los amigos llegaron desplazando a las perfectas confidentes de mis temores. Mi miraba se nublo por las lagrimas, apenas si podia ver, lo había olvidado era alérgica al polvo.
Me limpie las lágrimas y continúe con la misión, conforme bajaba por los estantes pasajes de mi vida aparecían desordenando mis ideas. Recuerdo esos patines, o mas bien, recuerdo las cicatrices de mis rodillas y codos tratando de saltar las escaleras del vecino, no me rompí un hueso no se por cual milagro divino, la pubertad me volvio hiperactiva.
La vieja maquina de escribir, testigo de las miles de cartas de amor que deje en el buzón de aquel chico , yacía empolvada en el rincón tras la puerta, la levante y al sacudirla descubrí en ella la pureza perdida del primer amor y también de la primera decepción, recordé como fue a dar ahí ,desplazada en mi cumpleaños numero 13 por mi primer computadora.
Al fondo una maleta oscura resguardaba un montón de papeles, y entre ellos se encontraba el tesoro más preciado de todos, mi viejo diario, cuantos secretos de adolescencia, se escondían en cada palabra. También había prometido nunca dejarlo olvidado por ahí, segunda promesa que rompí. Mis ojos, otra vez se aguaron, pero esta vez, no fue la alergia.
Tal vez las promesas las hacemos en nuestra creencia involuntaria de que somos inmortales, todos vivimos pensando que nunca moriremos, y prometemos algo que elmismo tiempo se encarga de desactualizar. La muñecas no las tienes pero ahora tienes personas en donde recostar tu ilusión, y el diario dejó paso al ser que amas o a esa amiga tan íntima y confidente Un gran abrazo.
ResponderEliminarLindo
ResponderEliminarTodo lo que creas para mi será lindo mi linda damita un besote
si te ofendo te ofresco mil disculpas
El armario
ResponderEliminares portal dimensional
hasta el mas enigmatico lugar
en el que se esconde el pasado
de momentos felices, tristes, risas, momentos y palabras gritadas al viento.
todo se esconde ahi, creyendo que las olvidaremos.
pero por que siempre en algun momento
un halo de luz se escapara y nuestra curiosidad nacera.
te sigo, te leo
un besote
gracias jorge luis ..no me ofenden las palabras sinceras
ResponderEliminarDeberiamos hacer limpieza más a menudo para revivir todo aquello que vamos dejando en un rincón de nuestra memoria.
ResponderEliminarUn besito
El tiempo pasa y el presente se convierte en pasado, lo que hoy adoramos, mañana estará en un baúl o en un armario guardado, y al cabo de varios años nos lo encontraremos, y nos hará recordar, como si ya fuera otra persona la que en nosotros está.
ResponderEliminarMe ha gustado tu escrito, los armarios deben ser abiertos de vez en cuando, puede dolernos, pero siempre es bueno el recuerdo.
un saludo